Encuentro con la Palabra.
Este domingo 24, se celebra “El Domingo de la Palabra de Dios”, festividad instituída por el Papa Francisco en 2019. Aquí una reflexión que nos hace llegar Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe.
El “Domingo de la Palabra de Dios” se celebra el 24 de enero de 2021 en el contexto de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos nos unirnos así en oración a todos aquellos que comparten la Sagrada Escritura como patrimonio común.
Esta celebración fue instituida por el Papa Francisco en 2019, a través del motu proprio Aperuit illispar: una jornada “consagrada a la Biblia”, para “familiarizarse e intimar con la Sagrada Escritura y el Resucitado”. “Como cristianos somos un solo pueblo que camina en la historia, fortalecido por la presencia del Señor en medio de nosotros que nos habla y nos nutre”. (…) Nos urge la necesidad de tener familiaridad e intimidad con la Sagrada Escritura y con el Resucitado, que no cesa de partir la Palabra y el Pan en la comunidad de los creyentes. Necesitamos entablar un constante trato de familiaridad con la Sagrada Escritura, si no el corazón queda frío y los ojos permanecen cerrados, afectados como estamos por innumerables formas de ceguera”. (Papa Francisco).
La Palabra de Dios sigue viniendo a cada uno de nosotros para invitarnos a ingresar al Reino. El encuentro con ella nos hace ser familia de Dios y a descubrirnos sus hijos amados. Es una gran bendición que se nos ha dado a los creyentes, un don de amor, misericordia y gracia de Dios hacia nosotros. Sí, porque es Dios quien sale al encuentro de todos los seres humanos procurando dialogar como un amigo habla con su amigo de ahí la importancia de encontrarnos con su Palabra. Nos invita el papa Francisco:"Leamos algún versículo de la Biblia cada día. Comencemos por el Evangelio; mantengámoslo abierto en casa, en la mesita de noche, llevémoslo en nuestro bolsillo, veámoslo en la pantalla del teléfono, dejemos que nos inspire diariamente. Descubriremos que Dios está cerca de nosotros, que ilumina nuestra oscuridad, que nos guía con amor a lo largo de nuestra vida”.
En este tiempo particular que seguimos transitando, hemos hecho muchas experiencias de realidades que enfrentar y combatir como el miedo, la inseguridad, el desconcierto , la faltas de seguridades en la salud ,en el trabajo , en la vivienda, etc. Nos hemos reconocido frágiles y vulnerables y, al mismo tiempo, hemos sido testigos de pequeñas y grandes alegrías para seguir conquistando y compartiendo. Recurriendo a la lectura de la Palabra en lo cotidiano , nos permitirá mantenernos despiertos en la marcha y recibiremos la luz y la esperanza que cada uno necesita.
María, la Madre del Verbo eterno, la que lo custodió en su seno nos ayude a dar el primer paso, ese de disponer el corazón para el encuentro y allí se derramará el bálsamo de la Vida en consuelo y fortaleza y se acentuará la certeza en la promesa hecha por el Señor: “yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”.( Hebreos (8,6-13). Vivamos con fe y alegría esta realidad de ser familia de Dios y sabernos en sus manos: “ Te tengo grabado en la palma de mis manos”(Isaías 49, 16).
Angélica Diez – Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe
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