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CENTRO MISIONERO SAN CAYETANO

Novena a San Cayetano quinto día

Compartimos desde el Centro Catequístico Misionero San Cayetano, el quinto día de la Novena.

Quinto día: martes 2 de agosto

Rezamos por los enfermos

Pedido de perdón:

Vos, que sos refugio de los débiles. Señor, tené piedad.

Vos, que vivís en cada hermano enfermo. Cristo, tené piedad.

Vos, que transformaste el dolor en amor salvador. Señor, tené piedad.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo (8, 14-17)

Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, encontró a la suegra de este en cama con fiebre. Le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirlo.

Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y él, con su palabra, expulsó a los espíritus y curó a todos los que estaban enfermos, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: “Él tomó nuestras debilidades y cargó sobre sí nuestras enfermedades”.

Palabra del Señor.

La suegra de Pedro fue sanada por Jesús al acercarse a ella y tocarle su mano. De inmediato ella se puso de pie y su gratitud se convirtió en actitud de servicio.

En todo el proceso de una enfermedad Jesús nos acompaña, nos tiende su mano para aliviarnos en el dolor y fortalecernos mediante el consuelo. Enfermedades físicas, psíquicas, anímicas, espirituales.

Jesús ofrece su cercanía valiéndose de instrumentos humanos para sanar con sus gestos las dolencias que se presentan. Nosotros estamos invitados a confiar, a dejarnos sanar y a ponernos de pie para ponernos al servicio a nuestros hermanos.

San Cayetano en su tiempo vivió una gran epidemia en la que muchas personas se contagiaban de sífilis y de otras enfermedades infecciosas incurables. Nadie quería recibir y ayudar a aquellos moribundos y por eso agonizaban en las calles. Junto a sus amigos venden sus bienes y fundan un hospital de enfermedades infecciosas sin curación llamado Compañía del Divino Amor para volverse prójimos de aquellos descartados.

La cercanía a los enfermos y su cuidado no sólo es tarea de algunos específicamente dedicados a ello; visitar a los enfermos es una invitación que Jesús hace a todos sus discípulos. ¡Cuántos enfermos y cuántas personas ancianas viven en sus casas o en hogares y esperan una visita! El ministerio del alivio es responsabilidad de todo bautizado, consciente de la palabra de Jesús: “Estuve enfermo y me visitaron”.

Hagámonos próximos como san Cayetano de todos aquellos hermanos que necesitan alivio y fortaleza a través de nuestra compañía y presencia fraterna.

Gesto: Visitemos a un enfermo en la medida de nuestras posibilidades, o bien comunicándonos con ese hermano por teléfono o WhatsApp, para transmitirle, mediante la oración conjunta, el consuelo y la fortaleza de Dios.

Oración a san Cayetano

Dios de todo consuelo, Padre misericordioso, que ves en lo secreto y conocés nuestras necesidades, que alimentás a los pájaros del cielo y vestís los lirios del campo, te pedimos, por intercesión de san Cayetano, que nos des fuerzas para arrepentirnos de nuestros pecados, de modo que, viviendo en amistad con Dios y con todos nuestros hermanos, no nos falte el pan y el trabajo de cada día. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

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