Nuestra Señora de Itatí
Hoy se celebra a Nuestra Señora de Itatí. Aquí una reseña que nos hace llegar Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe

La “Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí” fue proclamada, en 1918, como Patrona y Protectora de la diócesis de Corrientes. Es una advocación mariana profundamente venerada en Argentina. Su devoción data de siglos y está íntimamente ligada a la historia y cultura de la región. La basílica de Itatí, donde se encuentra su imagen, es un importante centro de peregrinación.
La historia de Nuestra Señora de Itatí se remonta al siglo XVI, cuando los misioneros franciscanos llegaron a la región guaranítica del actual noreste argentino. Según la tradición, la imagen de la Virgen fue esculpida por indígenas bajo la guía de los misioneros y colocada en una pequeña capilla en la localidad de Itatí.
Una de las historias más célebres sobre Nuestra Señora de Itatí es el milagro atribuido a su intervención en 1615. Según la leyenda, un grupo de indígenas intentó robar la imagen de la Virgen, llevándola río abajo. Sin embargo, tras varios días de búsqueda, la imagen fue encontrada intacta en su altar original, habiendo regresado milagrosamente.
La actual basílica de Nuestra Señora de Itatí es un majestuoso templo que se construyó a principios del siglo XX, inaugurado en 1950. La basílica es una obra de arquitectura imponente, con una cúpula que se eleva a más de 80 metros de altura. Anualmente, recibe a miles de peregrinos que llegan para rendir homenaje a la Virgen.
Para muchos correntinos, la Virgen de Itatí es una presencia constante en sus vidas. Es común encontrar su imagen en hogares, negocios y lugares públicos. Las oraciones y novenas a la Virgen forman parte de la vida cotidiana, y se le atribuyen numerosos milagros y favores.
Fundamentalmente le piden: Atiende mis necesidades, que tú mejor que yo las conoces. Y, sobre todo, Madre mía, concédeme un gran amor a tu divino Hijo Jesús y un corazón puro, humilde y prudente; paciencia en la vida; fortaléceme en las tentaciones y consuélame en la muerte.
La fiesta de la patrona de Corrientes coincide con el aniversario patrio y es una de las imágenes marianas que ha acompañado los albores de la patria argentina. Ella comprometió su presencia cuando se gestaba nuestra nación, hace más de dos siglos, cuando los congresales provenientes de provincias lejanas llegaban a la benemérita ciudad de San Miguel de Tucumán, consagraron su primera jornada para pedir a Dios inspiración y sabiduría en la causa que los preocupaba. Retomemos hoy el sagrado legado que nos dejaron los hombres de Tucumán y con esperanza cristiana, pidamos a la Virgen de Itatí que ponga bajo su manto a la familia humana y nos siga iluminando el camino para construir una Patria más justa, fraterna y solidaria".
Voluntario de la Inmaculada Padre Kolbe – Olavarría
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