Recuerdos y anécdotas de glorias del TC
En el homenaje llevado a cabo este sábado al “Gaucho” Jorge Martínez Boero, estuvieron presentes muchas glorias del TC. Todos ellos dejaron sus anéctotas. Aquí algunas de las imperdibles.
Todos coincidieron en los enormes valores humanos del querido “Gaucho”, pero además de las cuestiones vinculadas a lo personal, dejaron hermosas anécdotas que muchos de los que vivimos esa época recordamos y disfrutamos. Aquí algunas de ellas.
José María “Chueco” Romero
Mi primera carrera corrida con un Fiat 600 lo hice aquí en Bolívar, en la que tuve la mala fortuna de volcar dos veces el mismo día. Así empezó mi historia deportiva.
En 1986 me eligen en Olavarría Torcuato Emiliozi, Eduardo Martínez para correr un auto de Turismo Carretera…. Cuando me eligen para correr, había que dar una prueba de suficiencia en el autódromo de Buenos Aires. Había que dar una prueba lógica en pista para ver si podíamos ingresar.
En aquel momento la gente nuestra lo convocó a Jorga para que me acompañase en esa autódromo, y de ahí entonces yo lo consideré mi padrino de carrera, porque el se sentó en mi auto y me indicó como llevar esa Dodge que era muy veloz. Dimos seis o siete vueltas me dijo, ahora y subite vos. Dimos unas cuatro o cinco vueltas, paramos y me dice… vos no haces la chicana… Le contesté cómo que no? Se subieron entonces a la terraza de boxes y cuando vieron que hacía la chicana, me dijo: no andes más, andá para tu casa… y así fue mi comienzo.
Oscar “Pincho” Castellanos
El era mi pareja preferida para largar la carrera. Habíamos armado una estrategia entre los dos, nos habíamos dado cuenta cual era la forma de poder acelerar más rápido, tomar velocidad final más rápido, y así empezar a descontar tiempo o sacar tiempo a los de atrás, según cómo habíamos largado.
El tema era que el Ford de el aceleraba más que la Dodge mía de abajo, entonces cada vez que estábamos saliendo de una curva de baja velocidad el afirmaba su auto sobre el mío, y lo empujaba hasta que superábamos más o menos los 200 kilómetros de velocidad. A partir de ahí yo ya reaccionaba en alta velocidad, el de el empezaba a perder velocidad, entonces el se succionaba de ahí en más y esa era la estrategia que teníamos armada en secreto. Hoy se puede decir porque ya prescribió… Sobre el final, quedábamos libres, cada uno defendía su puesto, pero la situación era poderle ganar a nuestros rivales” (sonrisas y aplausos del público y pilotos).
También recordó “Pincho” la carrera en Tandil de 1982, en la que Jorge salió campeón con el segundo puesto en la serie. Allí, recordó que el “Gaucho” fue punteando toda la serie, y faltando poco para terminarla Castellanos lo pudo superar y ganarla. Cuando se bajaron en el parque cerrado, fue a felicitar a Boero quién con el segundo puesto ya era campeón, pero Jorge lo “primereó” felicitándolo por el triunfo conseguido. “No me dio tiempo a decirle te felicito, sos campeón del 82”.
Antonio Aventín
Del “Gaucho” recuerdo que tengo dos carreras que perdí en la última vuelta. Una fue en el autódromo de Buenos Aires. Estuve en punta toda la carrera, en la última vuelta el “Gaucho” muy pícaro entramos en la chicana, manda dos ruedas al pasto y dos ruedas en el asfalto, y me gana la cuerda de la salida de la chicana.
Dos pilotos no hacen una maniobra si uno no quiere. Yo la tenía perdida, asique levanté el dobló, yo también, el entró primero y yo segundo.
La segunda carrera que me gana el gaucho en la última vuelta yo venía ganando, llegamos a la última curva, paso un rezagado, estoy doblando y el rezagado me toca la cola, me manda al trompo. Terminó la carrera primero el “Gaucho”, otro segundo (no recuerdo) y tercero yo”.
Son dos anécdotas que recuerdo con cariño. Si bien perdí dos carreras ya pasó mucho tiempo, me ganó una carrera en el autódromo espectacular el año que salió campeón, se lo merecía…”
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