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EDUCACION

Cuáles son los cambios que se proponen en educación?

Existe una idea bastante generalizada que la educación en Argentina no ha conseguido buenos resultados. Muchos hablan de fracaso educativo. Desde el gobierno nacional, se trabaja para generar los cambios que desde su mirada la educación requiere. Aquí varias definiciones del Ministro Alejandro Finocchiaro para entender cuáles son los cambios propuestos.

“Estamos cambiando la matriz cultural de la educación”, es una de las frases que habitualmente se le escucha pronunciar al ministro. La palabra cambio la repite una y otra vez al expresar ideas sobre políticas educativas.

Días pasados, en nota brindada al diario Clarín en París donde Finocchiaro asistió al Congreso de la UNESCO en el que se designará a la nueva directora y donde también se reunió con sus pares de Francia, Japón y Finlandia para intercambiar ideas sobre formación docente, expresó:

“Todo lo que estamos haciendo es una reforma radical. Ya es una reforma radical. Estamos cambiando la matriz cultural de la educación. El proyecto CTERA, que gobernó este país durante 10 o 12 años, lo que produjo fue la pérdida de casi un ciclo lectivo por paro durante 10 años. Produjo un modelo educativo donde la mitad de los chicos no terminan la escuela media. Donde la mitad de los que la terminan no comprenden textos, o no pueden hacer operaciones matemáticas básicas. Es un modelo que fracasó.

Nosotros representamos, en el sistema educativo, la rebelión del cambio. Y algunos gremios docentes como CTERA, representan el conservadurismo del que defiende el status quo, la burocracia sindical.”

Para poner en contexto los cambios que se proponen, podríamos decir que el basamento de los mismos los encontramos en:

-   Incluir en Educación Inicial, el proyecto busca construir 3.000 jardines o el equivalente a 10.000 salas;

-   Reformar la escuela secundaria con lo que se ha dado en llamar la Escuela Secundaria 2030 para trabajar por proyectos en forma interdisciplinaria, colaborativa y que esa escuela pueda relacionarse con el mundo de la producción, del trabajo y de la universidad.

-   Una vez terminada la educación superior, ligar a los egresados con el mundo del trabajo y la producción.

-   El Estado nacional ha decidido apoyar en las universidades, las carreras en áreas de conocimiento vacante o estratégicas para el desarrollo productivo nacional.

-   Trabajar en evaluación continua y constantemente para ir viendo los efectos que las políticas públicas producen

-   Formar docentes capacitados para enseñar en el siglo XXI.

En este contexto, la tecnología cobra un rol significativo en las políticas educativas. Estamos atravesando un proceso de cambios con una velocidad nunca vivida antes. Esta realidad debe ser admitida, porque de lo contrario correríamos el riesgo de generar más exclusión que la que ha generado hasta ahora la educación en nuestro país. Pero nunca la tecnología va a reemplazar al docente, sino que ambos deben complementarse para conseguir mejores resultados. En este sentido el ministro expresó:

“Lo que nosotros tenemos que ver hoy es cuáles son las habilidades para el mundo del trabajo, para el mundo de los estudios superiores y para la vida, que se requieren hoy en pleno siglo XXI. Y tener en cuenta que la tecnología es un instrumento que debemos usar.

Pero nunca olvidarnos que en la educación, lo fundamental es el "factor humano". No veo posibilidades de que un maestro sea reemplazado por ningún elemento tecnológico. Es el maestro el que planifica, el que guía, el que tutorea, el que evalúa y eso va a seguir pasando. Lo que tenemos que hacer en este mundo, donde tenemos alumnos que son capaces de crear conocimiento, es cambiar la forma en la que enseñamos y en la que aprendemos. Trabajar por proyectos en forma interdisciplinaria y colaborativa, que es como se trabaja en el mundo de hoy.”

La propuesta pasa entonces por trabajar en forma conjunta con docentes y estudiantes en el uso de la tecnología para la construcción de los conocimientos que el siglo XXI requiere. “Tenemos que formarlos en el uso de las nuevas tecnologías, pero en forma transversal. No sólo en cursos sobre cómo se utiliza sino cómo se utilizan para enseñar. Cómo se puede enseñar física con las nuevas tecnologías, o química, o historia.

Los alumnos  ya no son receptores pasivos de un conocimiento que da el docente y que después encuentran en los libros y tienen que memorizar para dar un examen. Así no se enseña ni se aprende. Esta es una idea que ya casi no se discute en educación. Lo se necesita es desarrollar estrategias para que docentes y alumnos puedan establecer un vínculo desde lo pedagógico que contribuya a una formación acorde a lo que hoy se requiere en este mundo tan dinámico y complejo.

“Nosotros en la Argentina tenemos escuelas del siglo XIX, docentes del siglo XX y alumnos del siglo XXI. Hay que llevar todo al siglo XXI, sin perder los valores que hicieron grande a esa escuela. Hay que proyectarlos hacia el futuro, pero saber que estamos inmersos en otro contexto”, fue una de las definiciones de Finocchiaro que desde lo simbólico expresa el contexto en el que se encuentra parte del sistema educativo hoy.

La evaluación es otro de los pilares de las políticas educativas. Evaluar a alumnos, docentes e instituciones educativas, no con una finalidad sancionatoria sino para identificar resultados, errores y aquellas cosas que se están haciendo mal, para corregir y resolver. Se trata de “saber para poder mejorar, para hacer las cosas bien”.

Otro de los grandes desafíos es formar bien a los docentes. El rol de los Institutos Superiores es fundamental en este sentido, ya que buena parte de los docentes argentinos se forman en ellos. Por eso es que también se busca potenciar a estas entidades educativas para contribuir a la mejora de los resultados

Es así como en línea con estas ideas, ligando evaluación con formación docente, recientemente se llevó a cabo en toda la Argentina la evaluación de “Enseñar”. En nuestra ciudad la tarea se llevó a cabo en el I.S.F.D.y T. N° 27.

El trabajo consistió en la evaluación de los alumnos de los últimos años de los profesorados, para “tener una radiografía de cómo están”.

También en relación a Educación Superior, la idea es generar nuevas carreras en áreas de conocimiento vacante, relacionadas con el desarrollo estratégico nacional. Por ejemplo hay que trabajar con las economías regionales, articulando desde educación estrategias para conseguir el crecimiento y el desarrollo local, generando así mayores oportunidades.

En relación a la formación docente, el ministro dejó una definición innovadora en el sistema educativo argentino: “lo que sí creo es que tenemos que empezar a trabajar en pagar plus por capacitaciones y por titulaciones”. Pero también indicó que eso lo tiene que decidir cada provincia,  ya que cada una de ellas son los empleadores de los docentes argentinos y no la nación.

“Creo que es un buen estímulo. No porque alguien vaya a tener una licenciatura, una maestría, un doctorado porque le paguen más. Pero si es un buen estímulo. Porque hoy el sistema educativo nuestro produce en general estímulos negativos. Es decir: "falto porque, total, todos faltan. “No me capacito porque, total, gano lo mismo que el que se capacita”. Entonces ¿para qué?" Nosotros tenemos que generar estímulos positivos. Es decir premiar al que va todos los días, premiar al que más estudia, al que más se capacita, premiar al que es buen docente. Argentina está llena de ejemplos de grandísimos docentes. Yo he estado recorriendo la provincia de Buenos Aires cuando era ministro de la provincia. Ahora, cuando voy a las provincias como ministro nacional, uno ve buenos docentes, que enseñan en condiciones sumamente difíciles y a pesar de eso, enseñan. Nosotros hemos instituido un premio para premiar las buenas prácticas de los maestros argentinos. Y usted tendría que ver no sólo al que ganó, vea también a todos los que no llegaron a obtener un premio y son fantásticos porque producen un impacto muy grande en sus comunidades”, expresó con total claridad el ministro.

Finalmente, un aspecto fundamental a analizar es la posibilidad de instrumentación de los cambios que se proponen, sobre todo teniendo en cuenta la compleja relación entre gobiernos y sindicatos existente en la Argentina de hoy.

En este sentido, el ministro indicó: “Yo hago una clara distinción entre gremio y docente. Hay algunos gremios que apoyan el cambio, porque se dan cuenta que si no, esta escuela que hoy está cuestionada por las nuevas tecnologías, continuamente como lugar del saber, lo mismo que el docente, va a terminar sufriendo un gran perjuicio. Y otros tratan de mantener sus propios privilegios, que son propios de los gremios, no de los docentes.

Yo creo que -como decía Sarmiento- todos los problemas en la Argentina son problemas educativos. Y el Presidente Macri lo hizo en la campaña. Fue el primer presidente que, desde el retorno de la democracia, hizo eje principal en su campaña, con la educación. Y sentimos un gran apoyo los que trabajamos en esto. Nosotros creemos firmemente en las cosas que defendemos. Cuando negociamos estamos abiertos al diálogo y escuchamos todas las voces. Pero las ponderamos de acuerdo a de quién es cada voz. Los alumnos pueden tener brillantes ideas y nosotros podemos tomar una o algunas de ellas, pero son alumnos. No pueden decidir lo que van a aprender. Escuchamos a los docentes, escuchamos a los directivos, a los intelectuales, a los gremios, a los padres, a todos los que forman parte de la comunidad educativa. Nosotros pertenecemos a un gobierno que dialoga pero gobierna. Porque no hay que caer en la trampa que proponen algunos gremios, que es la del diálogo permanente e infructuoso.”

 

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