«La innovación tiene que funcionar en torno a valores, no solo datos»
Liliana Arroyo considera que ya existen numerosos marcos de valores con principios para gestionar éticamente la tecnología, por ejemplo, de la UNESCO o de la Unión Europea, y que lo relevante es hacerlos efectivos.

Para ello, es necesario identificar quién es el responsable de aplicarlos en cada etapa del aprendizaje y ofrecer herramientas al efecto. Cualquier acción debe estar centrada en el ser humano y en las necesidades de aquellos que están aprendiendo.
Arroyo plantea cómo las políticas públicas deben abordar la innovación en la educación, y establece tres niveles de gestión: macro, meso y micro.
El primero alude al ámbito de gobierno y de cooperación internacional que establecen los principios rectores y los medios para hacerlos cumplir. En este sentido, aparte del acervo normativo, la Administración dispone de una herramienta muy útil, que son los sistemas de compras públicas, dado que a través de ellos pueden establecer y exigir el cumplimiento de una serie de principios a las empresas tecnológicas proveedoras.
El denominado nivel meso o medio hace referencia al dominio organizativo, como los espacios de formación no reglada, demanda y oferta, es decir, instituciones que educan a los que desarrollarán las soluciones tecnológicas que toman estos principios como referencia, y comunidades de práctica, que pueden testear qué es lo que funciona y qué no.
Finalmente, el nivel micro es el de la experiencia individual del docente que tiene que aplicar la tecnología en su actividad cotidiana.
Si queremos que la implantación de la tecnología en la sociedad no amplíe las brechas digitales existentes, debemos centrarnos en formar en capacidades tecnológicas a colectivos como el de la gente mayor y las personas en riesgo de exclusión.
Es importante darles voz en el proceso, hacerlos partícipes y permitirles cocrear, y para ello tenemos que adoptar un enfoque desde la diversidad. Hay que consultar a todo el mundo qué tecnología les puede resultar útil y qué obstáculos encuentran de cara a usarla. Se trata de poner a la gente en el centro del cambio.
Liliana Arroyo Moliner
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