Custodios de la vida
Cada 26 de Julio, se celebra Día del Abuelo. Se trata de una celebración de origen católico. Agradecemos a Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, quien nos hizo llegar la reflexión que publicamos aquí.
“La santificación es un camino comunitario, de dos en dos”. Así lo indica el número 141de la Exhortación apostólica Gaudete et Exsultate del santo padre Francisco sobre el llamado a la santidad. Y esto, bien lo podemos aplicar a san Joaquín y santa Ana los venerables custodios de María. Si, los padres de la Virgen María, Madre de Dios, por lo tanto, los abuelos de Jesús.
El día 26 de julio los recordamos y en ellos recordamos y celebramos a nuestros abuelos. ¡Cuánto para revivir de los momentos pasados junto a ellos! ¡Cuánto para agradecer! “Los abuelos son un tesoro en la familia, por favor, ¡cuiden de los abuelos, ámenlos, hagan que hablen con los niños!”. (Papa Francisco).
Cada uno de nosotros ha hecho experiencia de la sabiduría de los abuelos tantas veces expresada con una palabra, un gesto, una mirada , una sonrisa, un silencio “cómplice” – porque había algo entre el abuelo y el nieto , la abuela y la nieta - que era una sorpresa para dar a la familia -.
En otra ocasión el Papa decía: “Un pueblo que no cuida a los abuelos y no los trata bien es un pueblo que ¡no tiene futuro!” A ellos, a los ancianos, se les ha confiado “transmitir la experiencia de la vida, la historia de una familia, de una comunidad, de un pueblo”.
Es en el hogar, la “Iglesia doméstica” donde los hijos crecen en la fe, aprenden la solidaridad y el lenguaje del amor, muchas veces animados de sus abuelos. En esta fiesta de Joaquín y Ana, renovamos agradecidos el regalo de la vida de cada miembro de la familia, los padres, los hermanos y los abuelos.
Las familias, con su testimonio del Evangelio, “pueden ayudar” a Dios a realizar su sueño, como lo hicieron Joaquín y Ana venerables custodios de María para contribuir a acercar a todos los hijos a Dios, valorando a cada miembro de la familia. Queremos ser como ellos, también nosotros “otros custodios de la vida” para seguir, aun en medio de dificultades y limitaciones, creciendo en la fe, siendo solidarios en el amor, haciendo historia juntos.
Angélica Diez - Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.
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